"Todo... me brindaste todo en aquel primer beso. Al sentir el suave roce de tus labios sobre los míos mil mundos de fantasía aparecieron en mi mente... De repente me convertí en tu princesa prometida, sentí el suave perfume de todas las flores que en tus historias me habías descrito y mil caracolas me susurraron un te quiero al oído. Nuestros labios se entreabrieron, sentí el frescor de las cascadas en mi boca y, como dos unicornios bajo el agua, comenzamos un tímido juego de seducción. Me separé de ti y te miré a los ojos y en ellos pude ver todo lo que siempre había ansiado tener... A lo lejos, una orquesta de alegres sonidos comenzó a tocar la melodía de nuestro naciente amor y me prometiste que nunca nos separaríamos... Te volví a besar y pude ver cientos de cosas más a nuestro alrededor, objetos protectores y amuletos de nuestra futura felicidad. Desde entonces, he intentado escribir en cientos de libros lo que siento cada vez que te acercas con un beso para mi, pero me es imposible... Sólo puedo escribirlo en tus labios y en tu cuerpo."
Gracias, por cada una de esas veces mi amor...
Imagen de Tomasz Rut
Gracias, por cada una de esas veces mi amor...

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